Una de las enfermedades que sufren más personas en los pies y que a veces, no es tratado a tiempo por menospreciar su gravedad es la uña encarnada. Esta afección consiste en la penetración de los bordes de la uña o placa ungueal dentro de la carne que rodea la uña.
Suele comenzar como una irritación dolorosa de un borde de la uña (o de los dos bordes) y si no es tratado a tiempo, puede terminar por provocar una infección y un dolor realmente intenso en el paciente. Para evitarlo, lo recomendable es acudir a un podólogo especialista tras el primer síntoma ya que conforme más lo dejemos estar, mayor dolor sufriremos en el momento del tratamiento.
Su origen puede deberse a muchos factores, en su mayoría relacionados con la genética del paciente. La forma de la uña, del dedo o la manera de caminar son algunos de ellos. En estos casos lo primero será desinfectar la zona, retirar el fragmento de uña encarnada y vigilar el crecimiento de la uña para evitar que se clave de nuevo. Para ello, es necesario llevar a cabo un tratamiento regular, y si fuera necesario una intervención quirúrgica.
Sin embargo, existen una serie de precauciones y remedios caseros que pueden mitigar el dolor y retrasar su aparición como mantener una higiene adecuada en la zona, usar calzado holgado o meter el pie en agua caliente con sal.
“Lo más importante es detectar a tiempo la afección para poder ponerle remedio” señalan desde nuestro equipo de podólogos. Y para evitar pasar por quirófano, recomiendan “ser constantes en el tratamiento y mantener una serie de cuidados” que nos ayuden a prevenir y evitar infecciones más graves.